Las habitaciones de los pequeños de casa son uno de los espacios más importantes para toda la familia, en especial para los papás, quienes tratan siempre de que sea un lugar agradable, que transmita paz y armonía a los principitos del hogar.
Pero también puede convertirse en un verdadero dolor de cabeza a la hora de elegir color, decoración, temática, y sobre todo cuando pensamos que para obtener una alcoba preciosa siempre hay que ir de tiendas.
Pues no. Esta vez con lo que tenemos a mano y que muchas veces casi ya lanzamos a la basura o al olvido en un cajón, podemos conseguir un decorado de ensueño.
Desde ya te adelanto que olvides el viejo esquematismo de paredes rosa si es niña y solo azul si es chico. ¿Cómo podríamos incluir las tendencias en color sin sobrecargar estas estancias? ¿Qué tonos serán los más oportunos para estar a la última? Te acerco algunas claves. Toma nota.
El secreto reside en fijarnos en paletas mucho más subidas de tono y en utilizar colores relativamente uniformes o afines en la mayoría de los objetos de la habitación, o siempre combinar con el blanco para lograr equilibrio y a la vez luminosidad, dejando atrás así el sobrecargo que pueden traer consigo los otros colores.
Quizás no queramos romper totalmente con el rosa-niña y azul-niño, entonces te sugiero pintar solo una o dos paredes de este color y alternar con el blanco puro o el blanco hueso.
En cuanto a los adornos de las paredes no tienen que ser necesariamente cuadros o figuras de precios inalcanzables. Utiliza un poco de ingenio y con algunas temperas o papeles de colores puedes añadir cualquier paisaje en esa pared blanca o que haga contraste si cuentas con colores claros en la pared azul o rosa.
Un detalle que añade confort y convierte la habitación en un sitio confortable son los cojines, los cuales podemos hacer de cualquier forma tamaño, diseño o combinación de colores. Tampoco cuestan mucho: solo encontrar ese camisón o pulóver que ya no vistes y combinarlos con algún otro retazo de tela a modo de complementos y listo. Serán algo bonito y a la vez práctico a la hora de acomodar al bebé en la cuna o el suelo para que juegue.
Otra sugerencia: no te agobies con el montón de juguetes que siempre acumulan los niños en algún rincón del cuarto. Simplemente aplica alguna alternativa económica y simple para acomodarlos, que a la vez sea práctico también para que él o ella puedan tomarlos con facilidad.
Por ejemplo puedes utilizar viejas cajas de cartón decoradas con algunas figuras de colores o forradas con telas o cartulinas para darles más belleza o igualmente armar pequeñas cajas de con retazos de madera de algún mueble o estante vejo.
Si no sabes coser a máquina puedes hacerlo también a mano con puntadas grandes que sirvan de adorno o pide ayuda a la abuela, si tus dibujos no son los de Da Vinci pues tampoco te desesperes, es mejor ese pequeño detalle único e imperfecto que añada personalidad al cuarto de tu hijo, que constituya además un bonito recuerdo de su infancia o esa historia que contarle de adulto sobre cómo su habitación llegó a convertirse en lo que es.